Dios creó para mí,
A la mujer de dulce encanto,
dotada de hermosura infinito
que compensa mi espíritu sediento,
como el alba que abriga mi aliento
Dios creó para mí,
A la mujer de trayecto sacrosanto
concedida al amor sin consentimiento
que en sus
besos me abriga sin arrepentimiento.
como la luz que transfiere mi pensamiento
Dios creó para mí,
A la mujer de sublime sentimiento
que en sus caricias me ha envuelto
su único prisionero del sufrimiento
como el halcón en el desierto
Dios creó para mí,
A la amapola de perfume imprevisto
Cual un capullo de rosas sin el viento
Que vive en mí jugando al encanto
Como las olas compactadas en el desierto
Dios creó para mí
Las fibras cedidas de tu cinto
que embelesan tu suave movimiento
como el hilo que sujeta el aspaviento
estampado en
la hipérbole de tu conjunto
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